Regalos trucados

13:37 Fran Ibáñez Gea 0 Comments





Regalar es, normalmente, un problema. El hábito grácil de obsequiar a alguien por cualquier honroso motivo es algo complicado. Un nacimiento, una boda o un cumpleaños pueden ser de lo más inocuo comparado con lo que a algunos se les vino encima:   

Empezando por la rocambolesca perla Peregrina, justicia le hace al nombre. Es encontrada en Panamá y llevada hasta Sevilla como ofrenda a Felipe II, siendo incluida dicha joya a las Colecciones Reales. La reina María Tudor en el retrato de Antonio Moro parece portarla, mas investigaciones recientes clarifican que los Tudor ya contaban con una joya parecida y la Peregrina habría sido encontrada después de que Moro pintara el lienzo. Un presagio. Después, reinas de la corte española la lucirían como una de las joyas más queridas. Hasta que llegan los franceses y el expolio es criminal. José Bonaparte (Botella o Plazuelas, Pepe en cualquier caso) se la queda, se exilia con ella a Estados Unidos, la vuelve a traer a Europa y la cede a Napoleón III quien cae en banca rota y la pone a la venta. El segundo duque de Abercorn la compra y éstos la vuelven a vender a una joyería inglesa en 1914 (con primera guerra mundial a la vista), los cuales dan parte de la noticia a Alfonso XIII como posible interesado de recuperarla. Las negociaciones no llegan a buen puerto y el rey decide adquirir una perla similar y regalársela a su esposa, la reina Victoria Eugenia. En 1969 la perla original sale a subasta. Nueva York es un hervidero de pujadores para hacerse con la codiciada pieza, con la que Velázquez habría retratado a Felipe III engarzada en el sombrero. Desde la casa real española se boicotea la subasta desautorizando la legitimidad de la perla. El duque-consorte de Alba, jefe de la casa de la reina Victoria Eugenia muestra la supuesta auténtica que Alfonso XIII le habría regalado. Se desmiente la trama y finalmente es comprada por Richard Burton, como regalo a la actriz Elizabeth Taylor. Así es como esta joya pasó de ser descubierta en las cristalinas aguas del Panamá en el XVI a ser mordisqueada por el caniche de Taylor en un hotel de Las Vegas. Glamour e intrigas forman un cóctel perfecto. Ni que decir tiene que después de la última subasta en 2017 que hubo de ella ahora se encuentra en paradero prudentemente desconocido. 

La Casa Real es partícipe activa de este tipo de narraciones que tanta sensación causa y entusiasmo despierta. Para los Juegos Olímpicos de México 1968 Dalí fue contratado por el gobierno de Franco para representar así el arte español del momento. El atleta cósmico, inspirado en el Discóbolo de Mirón, fue adquirido por Anselmo López Fuertes, a posteriori vicepresidente del COE. El ojo al mismo tiempo se lo echó el entonces príncipe de España, Don Juan Carlos, que pidió a su amigo Juan Samaranch y superior de López Fuertes, que negociara la obtención de la obra. Finalmente éste lo dejó en depósito de Patrimonio Nacional y el luego rey lo colgó orgulloso en su despacho del palacio de la Zarzuela. Litigio abierto cuando los herederos de López Fuertes reclaman el cuadro y Patrimonio acuerda pagarles 2,88 millones para concluir el asunto. Caso cerrado.

La última sonada noticia fue emitida por el Museo del Prado, receptor de una serie de donaciones por un magnate y coleccionista alemán agradecido con nuestro país. Hans Rudolf Gerstenmaier legó once obras sin mucho conocimiento de recepción. Y es que gran número de este depósito pertenecerían por ley (Real Decreto 410/1995 de 17 de marzo) al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Con salvadas excepciones, todas las obras más allá del nacimiento de Picasso, 1881, pertenecen al Reina, quedándose el Prado con todos los anteriores a esa fecha. Sí tuvieron más cautela el resto de mecenas como Plácido Arango, Várez Fisa u Óscar Alzaga. Citando además al último Velázquez adquirido mediante donación de William B. Jordan o el Madrazo por Alicia Koplowitz que le valió ser nombrada académica honorífica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Hay que saber regalar y más aún a quién se le regala.

0 comentarios: